Historia del Jardín Botánico de Madrid… Belleza a raudales
En pleno corazón de Madrid, en el Paseo del Prado, justo donde convergen algunas de las vías más importantes de la ciudad y el ritmo es frenético se encuentra un auténtico oasis de belleza: El Jardín Botánico de Madrid.
Un lugar único que a veces pasa desapercibido porque su humildad es inmensa pero que solo al llegar ante su puerta ya puedes impregnarte de su belleza, su magnetismo y su magia. El Jardín Botánico es tan especial que los que vivimos en Madrid incluso tenemos un bono anual con el que podemos ir tantas veces queramos “con tarifa plana”. ¿Por qué lo hacemos? Porque es como ir al paraíso, como conseguir que el ruido del mundo se pare y entrar en una isla única.
Dos siglos de belleza
El Jardín Botánico de Madrid no es algo nuevo, de hecho ya lleva en nuestra ciudad más de dos siglos de vida y de historia. Fue el 17 de octubre de 1755, en un otoño como el que en nada damos la bienvenida cuando Fernando VI ordenó la creación del Jardín.
En aquel momento no estaba ubicado donde actualmente sino que se diseñó y ejecutó en la Huerta de Migas Calientes (lo que hoy conocemos como Puerta de Hierro). Pero ya desde el principio fue un éxito… Contaba con 2.000 plantas recogidas en aquel momento por José Quer, botánico y cirujano que fue recopilando plantas en sus viajes por España y gracias a intercambios europeos.
Fue en 1744 cuando se dieron instrucciones para el traslado del Jardín a su emplazamiento actual cuya inauguración fue en 1781, un proyecto que estuvo bajo las órdenes creativas de Sabatini y Juan de Villanueva.
La enseñanza y la divulgación botánica siempre han sido la motivación principal del Jardín Botánico de Madrid y bajo este paraguas se auspiciaron expediciones a América y al Pacífico.
En 1808 debido a la Guerra de la Independencia el Jardín se sumió en el abandono y la tristeza más absoluto hasta 1857 cuando Mariano de la Paz Graells, director del Jardín, retomó la actividad y realizó importantes reformas incluyendo en el mismo hasta un zoológico. Esta época prolífera volvió a truncarse durante una década en 1880 con desastres hasta los causados por el ciclón de 1886.
A partir de entonces, poco a poco el Jardín Botánico fue en crecimiento y cosechando pequeños éxitos como que en 1942 fue declarado Jardín Artístico o la última gran reforma en 2005 que dotó al Jardín de 1 hectárea de espacio dedicado a la botánica.
Sin duda alguna, el Jardín Botánico de Madrid es un lugar que hay que visitar y conocer en profundidad para disfrutar cada centímetro de su espacio.
Categorías: Uncategorized
Deja un comentario